Estimados educadores Lasallistas:

Los animadores de las obras educativas del Distrito Lasallista de México Norte, los saludamos, desde la distancia con enorme alegría y con un sentimiento de unidad y Fraternidad. La distancia nunca ha sido un pretexto para estar y sentirnos cercanos, y menos en estos tiempos.

Celebramos a nuestro Fundador, San Juan Bautista De La Salle, patrono universal de los educadores cristianos. Decir que solo es día del maestro es reducir la figura que imaginó el Señor De la Salle, cuando se refiere al educador cristiano.

Educador es quien todos los días, desde el salón de clase, o un auditorio, un patio o una cancha tiene a su cuidado a niños y jóvenes. Educador es quien además de impartir una clase, la más fácil o la más difícil, lo hace con el corazón. Es quien además de revisar los trabajos, está al pendiente del bienestar de sus alumnos. Quien día a día, con una sonrisa como saludo, les desea a todos, un buen día.

El Señor De la Salle nos considera Cooperadores de Jesucristo, por eso le formamos a nuestros alumnos en valores para que puedan llevar una vida recta. ¡Somos embajadores y ministros de Jesucristo! Desde esta perspectiva nos invita a que consideremos que Jesús habla por nuestra boca, nosotros lo representamos. Estamos invitados a que nos consideremos como Ángeles Custodios de nuestros alumnos desde lo que hacemos en nuestra institución. Y como los Ángeles, anunciamos el mensaje salvador de Dios, tanto con nuestras palabras, pero más con nuestro ejemplo.

El Señor De la Salle, a través de las Meditaciones para el tiempo de Retiro, nos ha dejado bien clara cuál es nuestra misión como educadores cristianos. En cada una de las 16 meditaciones, nos dice cómo tiene que ser nuestra conducta, nuestro modo de proceder. Cuáles deben ser nuestras actitudes ante los alumnos difíciles para llegar a tocarles el corazón… A quién tenemos que recurrir cuando no sabemos qué es lo que tenemos que hacer.

Cada una de las meditaciones nos cuestiona y nos confronta, nos anima y nos compromete como discípulos de Jesucristo. Pero que no se nos olvide una cosa: en la Comunidad Educativa Lasallista TODOS SOMOS EDUCADORES… No solo educan los profesores y entrenadores desde el salón o desde la cancha; las “tichers”, los profes de las actividades vespertinas. Educa cada uno de los administrativos: las secretarias en la recepción o en las coordinaciones, el personal de biblioteca, control escolar, de copias: siempre dispuestas a dar una respuesta amable. Educan quien está a cargo de la cobranza y la administración, dando una respuesta humana a los conflictos laborales del día a día. Educa el personal de servicio, que todos los días, y más en el periodo de receso académico, se esfuerzan por tener nuestras instalaciones limpias, funcionando; siempre los encontramos con las manos ocupadas.

Por eso, todos los que formamos parte de la Comunidad Educativa de nuestros colegios y universidades, somos educadores … Y este 15 de mayo no queremos celebrar solo a los maestros: celebramos que la Comunidad Educativa tiene un protector y un modelo San Juan Bautista De la Salle es nuestro modelo de educador cristiano.  En una meditación nos dice: “no hagan diferencia entre su vocación y su profesión” … Por eso, sea cual sea nuestra profesión y grado académico, sin importar si somos de horas o de tiempo completo: todos, sin excepción, compartimos en la Comunidad Educativa la misma vocación.

 

Estamos invitados a transformarnos en auténticos discípulos, ministros, embajadores, ángeles, profetas, servidores del Reino de Dios entre nosotros. Y, sobre todo, nosotros, los Hermanos Lasallistas, estamos comprometidos a vivir, comunicar y compartir con ustedes el carisma del Fundador.

Sabemos del enorme reto que ha significado trabajar desde casa, sobre todo para los que son papás, y más para los que son el único sostén para sus hijos. Somos testigos de que además de ajustar las planeaciones, capacitarnos en nuevas plataformas y tecnologías, diseñar las actividades de aprendizaje y estar al pendiente de sus alumnos, también lo están de sus hijos y de sus familiares.

Así como San Juan Bautista de la Salle respondió a las necesidades de su tiempo, sabemos de la respuesta que cada uno de ustedes está dando a estos nuevos retos. En nombre de la Comisión MEL, nuestro reconocimiento, nuestra admiración y nuestro compromiso con ustedes, para seguir haciendo vida nuestra vocación de educador cristiano … ¡Muchas felicidades!

¡Viva Jesús en nuestros corazones!