Cada misión es diferente a la anterior.  En cada año somos diferentes, cambiamos, nos renovamos, en ocasiones nos atrofiamos, nos estancamos, pero queremos seguir en misión, en movimiento. Y es bajo esta consigna, que más de mil jóvenes de las instituciones lasallistas de México Norte se dispusieron a hacer vida con los otros, algunos cercanos, otros más lejanos, en comunidades rurales y urbanas de nuestros país. 

Moviéndose de sur a norte, la misión brilló en la costa de Guerrero, en los altos de Jalisco en la Prelatura de El Salto, Durango, en los alrededores de la comarca Lagunera, en el vasto estado de Chihuahua, por las laderas del estado de Sonora, en los desiertos de Coahuila, en las zonas rurales de Nuevo León y en las inmediaciones de Tamaulipas. 

Hacer misión con la gente, anunciar el Evangelio, crear una cultura del encuentro desde una visión de ecología integral y en medio de la vivencia de la fraternidad son algunos de los elementos centrales de estos espacios. 

He aquí algunos aprendizajes de los misioneros: 

Aprendí a valorar las cosas que para mi son totalmente normales y rutinarias pero no para todos es igual. También a agradecer lo que mis maestros y los hermanos están haciendo para guiarnos por este camino del servicio.

Me di cuenta de que no se necesita tanto para estar bien y ser feliz, y siempre está bien compartir lo poco que tenga; siempre ser agradecidos, empáticos y tener el valor del servicio presente para los demás.

Aprendí a querer y a dar de más , a las personas que dan todo por nosotros, aprendí a valorar todas las cosas que se me dan y que tengo, y siempre compartir y ser positivos y divertirse , aprendí a cómo ver un mejor camino a las cosas y saber que Dios está para mí.

Conocernos más a fondo a nosotros mismos, viendo las situaciones desde otra perspectiva, haciéndonos valorar más todos nuestros privilegios y cuestionarnos sobre qué queremos hacer con el don que Dios nos dió.

Una vida de la mano de la fé es más feliz; las comunidades necesitan de Dios; Dios se encuentra en TODO lo que hacemos, no solo en hablar de él, sino en ACTUAR como él hubiera querido.

Si viviste esta experiencia y quieres indagar más en el sentido de tu vida y vocación, escribe a [email protected] para poderte acompañar mejor.  Así mismo si quieres ser partícipe de experiencias de transformación de este tipo también puedes escribir al correo. 

César Campos fsc

Pastoral Juvenil y Vocacional